El ser humano, qué locura. Qué complejo y qué atrevido es el
ser humano. Creyente y ateo al mismo tiempo. Racional y sentimental. Paradójico o hipócrita, soñador y ambicioso. Incansable actitud de explorador, lleno de
dudas y de ideas a la vez. Qué sentimiento más profundo de ser humano.
Me miro en el espejo y me reconozco. Lo admito, lo siento
soy andaluz. Se me ve en los ojos, doy positivo en mis analíticas. Me abren la
cabeza y sólo encuentran coplas y fiestas. El ser andaluz o el ser retrasado…
Todos los humanos pecamos de identidad. Identidad histórica, derecho social, ideal
intrínseco con el que no se nace pero que tampoco se hace. Te lo mamas desde
que naces. Andaluz o andalúh u olé olé. O vago que siempre está de fiesta y le
gustan los toros, que se pica muy fácil, que vive en otro siglo ……
¿Qué necesidad tienen los hombres de crear naciones?
Porque las naciones no existen se crean.
Los países, las leyes, las lenguas, las costumbres, todo es
relativo porque son sólo ideas. Ideas que se transmiten, se adquieren y
simplemente se crean. Ideas que no se comparten o sí. Y las ideas ideas son. Es
decir no se corresponden a una realidad tangible son cambiantes y por seguro
que cambiaran y han cambiado, desaparecen igual que aparecen.
El nacionalismo español surge de la invasión francesa. Del mismo modo los demás nacionalismos aparecen a consecuencia de una invasión o un ataque. Son simplemente muros que construyen las sociedades para sobrevivir a un cambio que rechazan. Muros que separan, que repelen lo diferente.
El nacionalismo español surge de la invasión francesa. Del mismo modo los demás nacionalismos aparecen a consecuencia de una invasión o un ataque. Son simplemente muros que construyen las sociedades para sobrevivir a un cambio que rechazan. Muros que separan, que repelen lo diferente.
Dentro de España los nacionalismos tienen una razón
económica. Cataluña con su industria protegida no quiere pagar impuestos.
Andalucía con su gente pobre rechaza el sistema latifundista. Hasta en
surgimiento de los nacionalismos, los hombres de una región eran simplemente
vasallos de un rey. Pero el nacionalismo sustituye ese título de reino por
nación y sostiene el mantenimiento de la unión de un país. De modo que se usa
el nacionalismo para convencer a los anteriormente vasallos y ahora, que andan
más despiertos, plebeyos sin derechos de que son parte de un país.
No sé si realmente una persona necesita algo en lo que creer,
una identidad o cualquier otro disparate que le haga sentirse importante (parte de algo mayor). Esto
último me parece tan absurdo como suena. La realidad es que no tenemos nada no
somos nada más allá de lo que vemos en el espejo. La patria no te va a dar de
comer ni te va a cuidar si estás enfermo. Tu pueblo nunca dejará de ser tu hogar
pero porque así lo sientes, cuando se vayan tus amigos y muera tu familia ¿qué
será entonces tu pueblo? No hay nada real en eso que esperas del nacionalismo.
Galicia no es más que una región, un país más de esos tantos que se han
inventado. Y por muy distinto que veas la sociedad de un lugar o de otro eso no
significa que tengas un lugar en el mundo donde hay gente como tú. Tú eres tú.
Y yo soy yo. Y allí o aquí, en cualquier lugar, siempre habrá personas con
ideas, conocimientos y experiencias distintas.
Pero su nacionalidad no va a dejar de ser una palabra en un
documento que les vincula legalmente a un estado. Porque todo es relativo
cuando nos metemos en estos temas. Si no hubiera existido napoleón tú hoy
hablarías gallego o castellano o catalán y no te preocuparías de Cataluña y los
catalanes, sólo de tus amigos tu familia y tus conocidos. Y me da igual la
mierda que puedas tener en tu cabeza pero tu nacionalidad va a seguir siendo
española y por mucho que lo niegues o rompas tu D.N.I. no va a empezar a ser
andaluza. Entre el cambio climático y la mano del hombre dudo mucho que de aquí
a trescientos años Málaga se parezca a lo que es hoy. Dudo que siga existiendo
España. Y tú estarás muerto, pudriéndote con tus ideas y tus prejuicios. Porque
son solo ideas. Ideas asquerosas como las ideas racistas de Sabina Arana, creador del PNV al
que la gente sigue votando, o ideas totalitarias como las de Francisco Cambó
presionando para imponer el catalán.
El problema de España no es que tenga que parecerse a Europa
o que Europa tenga que parecerse a España. El problema de España son los
españoles. Y es que no siento otra cosa que asco. No hay otra postura aceptable
que la crítica con los españoles y con España cuando en lugar de renegar del
nacionalismo y abrazar el humanismo preferimos crear más y más muros dentro de
este país. Los muros se construyen con odio y los nacionalismos están bien
cargados de esa mierda.
Me niego a que se me identifique ¡NO! La única identidad del
hombre es el ser humano y nada más. Quiero decir que nada puede diferenciarnos
como grupo más allá que la especie y lo demás son ideas al estilo del racismo.
A largo plazo todo cambia y lo que en el siglo XIX era ser español no tiene
nada que ver con lo que es hoy día. Lo único que prevalece es la identidad
humana. Yo soy único en cada instante que pasa. Y no porque pase el tiempo ni
porque mis genes sean distintos sino porque estoy en constante cambio. Del
mismo modo no me voy a encasillar en una bandera o en un lugar o en una
sociedad asquerosa.
Porque me dan asco las sociedades la verdad. Por muy andaluz
que sea cuando defiendo esa bandera no pienso en los andaluces, pienso en la
pobreza de un pueblo que trabaja de sol a sol, en tierras muertas pisadas por
el caballo de un gran señor, pienso en mi familia y en cómo han estado sujetos
durante tanto tiempo al gobierno de Madrid. Pero si te fijas y te das cuenta,
es como una película sentimentalista que te toca el corazón. Y tú eres el
protagonista al que tanto han jodido en el desarrollo de los acontecimientos, y
has pedido tierra y has pedido libertad y te has envuelto en una bandera y
comido pan con aceite y azúcar y ya eres andaluz, toma ahí.
Pero no piensas en la gente de alrededor que se supone que
forman el conjunto de la nación. En lo mal que te caen algunos grupos dentro de
esa nación. En que después de una semana tras el Día de Andalucía irás a clase
o al trabajo y pensarás qué tengo yo que ver con el notas éste que tengo al
lado. O que te importa nada la gente de Almería Jaén o Huelva y no digamos la
de Sevilla. Pero eso cambia si nombran a Andalucía, pregúntate por qué.
Es absurdo, pero si es que ni siquiera en el pueblo del al
lado de mi ciudad hablan igual. Cada cual es distinto, es evidente y
encasillarte en una nacionalidad sólo merma tu libertad y la de los demás. El
nacionalismo es puro sentimentalismo y es algo pendiente de superar si queremos
avanzar.